En septiembre de 2015 durante la Asamblea General de las Naciones Unidas se adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, para ellos es fundamental erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria, garantizar una vida sana y una educación de calidad, lograr la igualdad de género, asegurar el acceso al agua y la energía sustentable, promover el crecimiento económico sostenido, adoptar medidas urgentes contra el cambio climático; promover la paz, facilitar el acceso a la justicia y fortalecer una alianza mundial para el desarrollo sostenible.
¿Qué pasa con estos objetivos frente al COVID 19?
Los países en desarrollo son los que corren más riesgo durante y después de la pandemia, no solo en términos de crisis sanitaria, sino en términos de crisis sociales y económicas. De acuerdo con el PNUD, se espera que las pérdidas de ingresos superen los 220 000 millones de dólares en los países en desarrollo, y se estima que el 55 % de la población mundial no tenga acceso a protección social. Estas pérdidas retumbarán en todas las sociedades y afectarán a la educación, los derechos humanos y, en los casos más graves, a la seguridad alimentaria y la nutrición básicas.
Llamada a la acción
El PNUD ha hecho un llamado a la acción a la comunidad internacional y ha enfatizado la necesidad de tres acciones prioritarias: recursos para ayudar a detener la propagación del virus, apoyo para responder durante el brote en sí y recursos para prevenir el colapso económico de los países en desarrollo.
Al mismo tiempo, el PNUD apoyará a los países para frenar la propagación del virus y brindar protección social a las poblaciones vulnerables, promoviendo una respuesta de todo el gobierno y de toda la sociedad para complementar los esfuerzos en el sector de la salud.
Ya esta en marcha el Fondo de las Naciones Unidas de Respuesta a la COVID-19 y Recuperación que aspira a ayudar, en especial, a los países de ingresos bajos y medianos, así como a grupos vulnerables que están soportando de manera desproporcionada los efectos socioeconómicos de la pandemia.
Abordar el COVID-19 y sus impactos requerirá socios que puedan trabajar en todos los sistemas y sectores y en contextos que son tanto complejos como inciertos. El PNUD está en pleno funcionamiento en 170 países y territorios y está centrado en su respuesta al COVID-19, movilizando todos sus activos para responder a este desafío sin precedentes.
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